24 de junio de 2022

Escuchar para ayudar a transformar


A menudo, consideramos que estar dotados de determinados recursos, por ejemplo para conducir grupos de trabajo, nos habilita para definir o decidir qué debe hacer el grupo. Sin embargo, esto no es así, el grupo no hará ninguna otra cosa que aquella que quiera hacer, resulta evidente que no si no quiere movilizarse para lograr el objetivo propuesto, simplemente no lo hará.

Afortunadamente, mi experiencia profesional me dice que el grupo, en prácticamente todos los casos, sí va a querer trabajar por el objetivo, lo que no quiere decir que, también a menudo, no se muestren presentes algunas dificultades, indicar un camino para superar esas dificultades, hacer descubrir al grupo sus posibilidades reales, esa sí es nuestra tarea.


Cada vez voy eligiendo con mayor frecuencia el término “dinamizar” para sintetizar mi tarea como Coach de grupos. El grupo posee una energía y una capacidad latente, mi tarea es hacer que pase de ese estado potencial a un estado real, dinamizar el estado “de posibilidad” para que se materialice, para que pase a un estado “de realidad” y para ello debo empezar por el principio.

El principio es escuchar al grupo, pasadas las presentaciones y las definiciones de la tarea a realizar, hay que dejar que las personas hablen, que muestren sus inquietudes, sus dudas e incluso sus incredulidades, haciendo esto, en definitiva nos estarán mostrando los posibles factores limitadores presentes. Hay, por tanto, que escuchar y escuchar activamente, escuchar para ayudar a transformar, cuando sea necesario, aquello que nos es mostrado.

Y aquí sí pondremos en juego nuestras habilidades, aclararemos y fijaremos el objetivo (o los objetivos) lo haremos de forma que el grupo comprenda que resultan alcanzables, modificaremos lo que sea preciso para que el grupo “haga suyo” el propósito del trabajo, mostraremos las diferencias habilitadoras respecto a situaciones negativas pasadas, también ayudaremos a que el grupo se reconozca como el mejor grupo posible para esa tarea, en suma utilizaremos lo que sabemos para hacer que el grupo pueda, realmente, firmar su propia alianza con el objetivo, la alianza que necesitamos para encarar la tarea.

Nuestra escucha debe servir también para algo más, y eso es para mostrar nuestra plena aceptación del grupo, que quiere decir también nuestra aceptación de las personas del grupo. El adagio nos lo dice con claridad: “no se transforma lo que no se acepta”. Al aceptar al grupo damos el primer paso para llegar a cumplir nuestra doble tarea, dinamizar al grupo para lograr su objetivo y colaborar en la transformación que cada persona debe llevar a cabo.

Escuchemos, entonces, para ayudar a transformar.

MPC Coaching
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21 de junio de 2022

Liderazgo en tiempos difíciles


En el tiempo que llevo como Coach, no he conocido a ningún líder de ninguna organización que disfrute despidiendo al personal de su empresa.

Por defecto, el líder quiere que su empresa mejore, genere más beneficios y que crezca en facturación, personal, portafolio de productos y servicios. ¡Que esté entre las mejores!.

Pero a veces los tiempos, las circunstancias y en algunas ocasiones la falta de previsión obligan finalmente a tomar decisiones difíciles.

En tiempos difíciles un estilo de liderazgo directo orientado a la mejora de la eficiencia, planificación de operaciones a corto plazo, control de costes y rendimiento y a solventar los problemas operacionales es la base de la supervivencia a corto plazo.



No obstante si queremos sobrevivir a medio y largo plazo no podemos olvidar el liderazgo orientado a las relaciones (motivación, desarrollo de las habilidades y confianza del equipo, soporte al trabajo en equipo…) y el liderazgo orientado al cambio (identificación de competencias estratégicas, implantación de cambios en la organización, provocación del pensamiento innovador, facilitación del aprendizaje continuo…).

El líder que sea capaz de encontrar el equilibrio entre las decisiones difíciles a corto plazo, con una visión humana e inspiradora, de innovación y de cambio a medio y largo plazo será el que consiga llevar a su empresa al éxito.

Se habla mucho sobre cuales son las habilidades (“Skills”) que un líder debe tener para ser un buen líder.

Varios estudios demuestran que los trabajadores buscan en sus líderes que les inspiren, que les motiven y un alto nivel de integridad personal.

Y para inspirar a su equipo, el líder, debe ganarse su respeto.

Todo ello parece muy teórico con lo que incluiré algunas ideas de cómo debe actuar un buen líder (en momentos difíciles y en momentos “dulces”):

Un líder debe ser un ejemplo para el resto.
Debe hacer lo que predica,
Debe ser consistente en su mensaje, veraz.
Un líder puede equivocarse e incluso pedir perdón le hace ganar en respeto y autoridad.
Un líder debe transmitir confianza, expresar sus ideas claramente y saber en que dirección quiere ir.
Un líder debe saber tomar decisiones, las fáciles y las difíciles.
Un líder no debe culpar a otros, debe aceptar la situación y actuar.
Un líder confía en su equipo, les da espacio de maniobra en la toma de decisiones y les permite equivocarse.
Un líder sabe escuchar activamente y acepta las opiniones de otros.
Un líder debe ser optimista sin perder el contacto con la realidad.
Para todo ello, el líder debe estar siempre abierto a nuevas oportunidades, a nuevos aprendizajes, a saber escuchar activamente dentro y fuera de su organización.

Aprendizaje continuo, búsqueda de la excelencia, integridad, honestidad y saber pedir ayuda son claves.

Gestionar la empresa y sobre todo gestionar a otros directivos, al personal en general, no es tan fácil. Las personas tienen reacciones, sentimientos que hay que entender, familias, los equipos tienen una dinámica diferente y hay que conseguir que sean de alto rendimiento, que trabajan todos en la misma dirección.

Un consultor asesora e implanta soluciones de planificación estratégica, políticas, métodos, procedimientos, análisis de costes, análisis de estructuras, mejora continua….

El coaching ejecutivo proporciona a los ejecutivos nuevas herramientas para potenciar o mejorar sus habilidades competenciales, comportamientos y relaciones interpersonales. ¿Somos buenos líderes? ¿Qué habilidades deberíamos de potenciar? ¿Qué actitudes deberíamos cambiar? ¿Cómo, cuando? ¿Cómo podemos ayudar a desarrollarse profesionalmente a nuestro equipo?.

El coaching corporativo trabaja con la empresa en su conjunto teniendo en cuenta todas las áreas así como su cultura, misión y visión aplicando coaching en todos los departamentos y equipos directivos, tanto a nivel individual (coaching ejecutivo) como colectivo (coaching de equipos). ¿Hay problemas de relación en nuestro equipo? ¿Cómo podemos solucionarlos? ¿Cómo podemos potenciar al equipo? ¿Cómo lo convertimos en un equipo de alto rendimiento?.

El mentoring es una relación personalizada mediante el cual un directivo sénior de una empresa, con más experiencia (el mentor), enseña, aconseja, guía y ayuda a otra (el mentorizado) en su desarrollo invirtiendo tiempo y compartiendo conocimientos de manera que pueda mejorar su rendimiento y por tanto progresar más rápidamente en el desarrollo de su carrera profesional.

La gestión de todo ello, el equilibrio entre los diferentes estilos de liderazgo, la visión estratégica a corto y largo plazo, la capacitación profesional personal y del equipo y la ayuda externa (consultoría, coaching…), pueden ser la diferencia entre sobrevivir o no, entre el éxito y el fracaso.

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17 de junio de 2022

Comunicación avanzada


¿Por qué constantemente pensamos o decimos: ”¡Es imposible hablar contigo!”.  ¿Realmente nos resulta tan  difícil comunicarnos?, pues la verdad es que no sabemos cómo hacerlo.
Lo cierto es que nadie nos ha enseñado, es una especie de ensayo – error que practicamos toda la vida, en un intento de transmitir nuestro sentir e intentar entender al otro.
Pero ¿qué es realmente comunicarse?, según la Real Academia Española, comunicación significa correspondencia entre dos o más personas, y correspondencia es relación y relación es conexión.
Imaginémonos que realmente podemos conectarnos con la persona a la que queremos comunicar algo, o esta se conecta con nosotros. Nos sentiríamos comprendidos, sería fácil comunicarse así.
Comunicar para mí es  donarse, dar lo mejor de uno al otro, escuchando atentamente y expresándose asertivamente.
Pues en realidad, comunicar no es otra cosa que saber escuchar, si, escuchar atentamente, sin ir practicando una respuesta o excusa mientras nos hablan, sin ir fabricando la respuesta adecuada; simplemente escuchando fijando toda nuestra atención en el otro, tratando de comprender lo que siente, lo que realmente trata de decirnos.
Quien no sabe escuchar no podrá jamás comunicar con verdad, sólo hará críticas, demandas, exigirá, se convertirá en un “lanza ideas al aire”; pero no logrará realmente comunicarse.
Primero escucha, sin prejuicios, sin etiquetas, sin ideas preconcebidas, evitando filtros mentales que hacen que entendamos las cosas a nuestra manera, y no a la manera del otro.
Cuando logres esto, tendrás ganada la batalla de la comunicación, entonces podrás hablar asertivamente, sinceramente y con humildad.
Recuerda, se de las personas cuyas actitudes agregan valor

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15 de junio de 2022

El Liderazgo Gerencial

La investigación que se ha realizado y la literatura que se ha escrito sobre liderazgo desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días es bastante amplia y variada. Hoy día encontramos el concepto de liderazgo cargado de numerosos mitos que dificultan su implantación y desarrollo.


Según el Diccionario de la Lengua Española, liderazgo se define como la dirección, jefatura o conducción de un partido político, de un grupo social o de otra colectividad. El Diccionario de Ciencias de la Conducta, define el liderazgo como las cualidades de personalidad y capacidad que favorecen la guía y el control de otros individuos. Kotter define a los líderes como personas capaces de crear y comunicar visiones y estrategias, y afirma que el liderazgo versa sobre cambio. Chiavenato destaca que liderazgo es la influencia interpersonal ejercida en una situación, dirigida a través del proceso de comunicación humana a la consecución de uno o diversos objetivos específicos.

Después de trabajar muy de cerca por más de 20 años con decenas de grupos gerenciales de empresas nacionales, centroamericanas y multinacionales, y haber estudiado a muchos autores que han escrito sobre el tema, como Blake y Mouton, Fiedler y Vroom, John Maxwell, Ken Blanchard, Margret Weathley, Peter Drucker, Stephen Covey y Robin Sharma, se puede afirmar que liderazgo es el proceso de influir en las personas para encauzar sus esfuerzos hacia la consecución de metas específicas. Por eso es que el liderazgo gerencial es un incuestionable forjador de cultura organizacional. El liderazgo gerencial es un continuo conformado por cuatro dimensiones:

1. Liderazgo Personal
El Liderazgo Personal o auto liderazgo, es cuando el líder está consciente de la manera cómo piensa y actúa al liderarse a sí mismo. Cuando alcanza la seguridad y la autoestima necesarias para vencer barreras mentales, descubrir el sentido de la vida, enriquecer las actitudes, los hábitos, la calidad de vida y el carácter del individuo, aprovechar al máximo los dones propios y desarrollar su inteligencia emocional. Es el desarrollo de la dimensión intrapersonal o sea yo con yo mismo, el conocimiento de uno mismo, la actitud mental positiva, el buscar propósito y significado a la vida, el creer que lo que se hace vale la pena, la automotivación.

2. Liderazgo de Influencia
Es el liderazgo hacia la gente, que incluye el saber manejar las dimensiones de la comunicación para promover la colaboración y mantener un clima organizacional favorable, hacer que los integrantes del equipo construyan confianza, eliminen temores, acepten retos, tengan creencia en ellos mismos y logren resultados. Es influenciar a otras personas para que realicen cosas que normalmente no harían, impactar a la gente. Es el desarrollo de habilidades que incluyen el desarrollo de la dimensión interpersonal, o sea yo con los otros, con los demás. Es ser un ejecutivo que desarrolla habilidades de Coaching para ser mejor líder con su equipo, crear un mejor ambiente de trabajo y aumentar la satisfacción de sus colaboradores.

3. Liderazgo Estratégico
Gracias al Liderazgo estratégico se adquiere postura, se establece el rumbo, se orientan las acciones y se alinean los esfuerzos del equipo de trabajo. El liderazgo estratégico define la visión, la misión y los valores compartidos, y ayuda a diseñar el mapa estratégico. Este liderazgo adapta la organización hacia las nuevas exigencias del mercado competitivo, y brinda las herramientas y estrategias necesarias que permitan que los vientos de cambio lleven la organización hacia el logro de la visión y hacia donde se quiera ir, y no hacia donde los vientos de cambio la quieren llevar.

4. Liderazgo de Resultados 
El liderazgo de resultados es la consecuencia del auto liderazgo, del liderazgo hacia las personas y del liderazgo estratégico. En la dimensión del liderazgo de resultados, el líder optimiza y operativiza la estrategia, logrando resultados y creando mayor capacidad organizacional. Este liderazgo transforma la organización. Hace del servicio al cliente el motor de desarrollo de la empresa para fidelizar a los clientes y maximizar los activos; y se caracteriza por la toma rápida de decisiones, que gozan de respaldo de parte todo el personal de la organización. Conoce y utiliza técnicas y herramientas para solucionar conflictos, sabe negociar, resuelve problemas.

Pareciera que estas cuatro dimensiones nunca se terminan de desarrollar, ya que cuando parece que se termina con el liderazgo de resultados, se vuelve a iniciar de nuevo el ciclo con el liderazgo personal.

Recordemos, como afirmó Maxwell, que para llegar a ser un buen líder, se debe ser una persona segura, porque llevar a su gente hasta la altura de su potencial, puede significar incluso que lo superen.

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13 de junio de 2022

Responsabilidad y estrés


Qué duda cabe de que todos, de una manera u otra, tenemos responsabilidad sobre alguna cosa. La responsabilidad, la mayor parte de las ocasiones, genera algún tipo de estrés, tal vez poco, pero algo genera. Hay personas que de la responsabilidad, por pequeña que ésta sea, hace una montaña inexpugnable que convierte su vida en un calvario, llena de sufrimiento y de insatisfacción. Algunas de ellas piensan que es mejor no tener responsabilidad de nada, ni siquiera de sus propias vidas.

Hay algo maravilloso en eso de no ser responsable, hay algo que satisface. ¿Qué es lo bueno de no ser responsable? Si no eres responsable no tienes la culpa de nada. Hermoso, “yo no tengo la culpa”, por tanto “soy inocente”. Son los otros los responsables, el mundo, el entorno, la crisis, el gobierno, quien sea menos yo.

La satisfacción de ser inocente plantea una seria cuestión: ¿qué tiene que suceder para que las cosas sean como a mi gusta? Por ejemplo, si siempre llego tarde al trabajo por culpa del tráfico, ¿cuándo llegaré a tiempo al trabajo?, ¿cuando el tráfico sea fluido? ¿puedo yo hacer que el tráfico sea fluido? Excepto que trabajes en el ministerio competente en la materia, lo más probable es que no puedas controlar el tráfico, por tanto nunca vas a llegar a tiempo al trabajo. La única manera de llegar a tiempo será tomando responsabilidad en el asunto y saliendo antes de casa.

Este es un ejemplo muy sencillo y fácil de entender, hay cientos de situaciones en las que ponemos la responsabilidad, la culpa, fuera de nosotros. Las personas que practican esta técnica, la mayoría de las veces, no son conscientes del estrés que se están poniendo de forma totalmente gratuita. Poner la responsabilidad fuera de nosotros significa ceder el control de aquello que nos pasa a otro ente o persona. Eso genera sensación de impotencia puesto que no podemos cambiar a los demás, ya les gustaría a muchos poder cambiar a los demás, pero no es así. Cuando cuentan la historia de forma que no tienen nada que ver con el problema, en realidad están diciendo que tampoco tienen nada que ver con la solución.

Esta forma de vivir tiene un inconveniente y es que si decides que no tienes posibilidad de alterar tu vida, porque las cosas que te pasan son decisión de otro, dependerás de otro para ser feliz; si el mundo te trata bien serás feliz, si el mundo te trata mal serás infeliz, como si tu no pudieras hacer nada para influir en cómo te trata el mundo.

Tu decides, la responsabilidad genera un tipo de estrés, la inocencia genera otro diferente, pero estrés al fin y al cabo.

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10 de junio de 2022

El Coaching como ayuda a la buena gestión del tiempo


El tiempo es inflexible, pasa y no se detiene, aunque a veces tengamos la sensación de todo lo contrario. El tiempo es el bien más valioso que tenemos. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo dedicados a muchos problemas relativamente secundarios en lugar de concentrarnos en pocas actividades, pero de vital importancia. Un Coach le ayudará a gestionar y a rentabilizar su tiempo.

La Ley de Pareto sobre el tiempo, fijada por el economista italiano Vilfredo Pareto, que formuló realizando investigaciones estadísticas dice que:
  • El 20% de la entrevista proporciona el 80% de las conclusiones. 
  • El 20% del trabajo de mesa posibilita el 80% del éxito en el trabajo total. 
  • El 20% de nuestro tiempo contribuye al 80% de los resultados. 
  • El resto suelen ser imprevistos, urgencias, interrupciones, correcciones, etc.
Esta ley puede aplicarse para conocer lo que da resultado en la empresa y para decidir correctamente qué hacer en primer lugar, con el objetivo centrado en las tareas de mayor rentabilidad.

La mayor parte del tiempo y de la energía se malgastan porque faltan objetivos, planificación, prioridades y visiones de conjunto.

Una perfecta gestión del tiempo nos abrirá caminos para:
  • Obtener una mejor panorámica de las actividades y prioridades.
  • Tener más tiempo libre para la creatividad.
  • Dominar, reducir y evitar el estrés. 
  • Tener más tiempo libre. 
  • Alcanzar consecuente y sistemáticamente los objetivos propuestos.
La capacidad para gestionar bien el tiempo es una habilidad que las empresas valoran cada vez más en sus trabajadores, ya que este factor mejora la productividad y la competitividad de la organización.

Los “ladrones del tiempo” son: las interrupciones, el mal uso del teléfono, reuniones no previstas, dejar las cosas para después, desorden y burocracia, comunicación ineficaz, el mal uso del correo electrónico, la escasa disciplina personal.

Así, gestión del tiempo es cualquier sistema para controlar el tiempo de la forma más eficiente posible. Estableciendo un sistema de control del tiempo en el quehacer diario es posible aprender a identificar y eliminar los factores que hacen perder el tiempo y desarrollar su control con eficacia.

Para gestionar bien el tiempo se pueden aplicar una serie de principios básicos:
  • Planificar por adelantado. 
  • Hacer y seguir una lista de prioridades: tareas importantes y urgentes, tareas importantes, tareas urgentes y tareas minucia. 
  • Agrupar las tareas según las capacidades requeridas. 
  • Programar actividades de descanso. 
  • Prometer menos y cumplir más. 
  • Hacer un seguimiento de los procesos. 
  • Delegar todo lo que se pueda. 
  • Establecer parámetros para decir “no” 
  • Tener en cuenta la curva del rendimiento.
La Agenda, programa diario o conjunto de acciones previstas para el día, es una excelente forma de recordar, flexibilizar o priorizar los objetivos laborales. La principal dificultad con la que nos encontramos es su alteración por imprevistos que surgen.

Como sugerencias se ofrecen las siguientes:
  • Anotar en primer lugar las fechas ya comprometidas para entrevistas, citas o reuniones.
  • Señalar las tareas con fechas/horas límite establecidas previamente. 
  • Reservar espacios temporales para asuntos con fechas límite. 
  • Anotar el resto de cuestiones que se consideren importantes a las que tengamos que dedicarles tiempo.
Su Coach le planteará las siguientes preguntas:
  • ¿Cómo resuelve cumplir con todo lo que quiere o necesita hacer a diario a lo largo del día, va pasando tranquilamente de una actividad a la siguiente? 
  • ¿Cómo determina cuánto tiempo le llevará una actividad? 
  • ¿Escribe una lista de los asuntos que debe resolver en el día? 
  • ¿Cómo establece prioridades? 
  • ¿Sabe decir ”no?” 
  • ¿Cómo es ahora mismo un día normal de trabajo? 
  • ¿Cuántas cosas intenta hacer en una sola jornada? 
  • ¿Es realista al respecto? 
  • ¿Qué actividades de su trabajo, son prioritarias? 
  • ¿Cómo puede saber qué actividades son prioritarias? 
  • ¿Qué necesita que ocurra para que determinadas actividades no acaben en la lista de cosas urgentes o importantes? 
  • ¿Qué le gusta más hacer de todos los asuntos que son de su competencia? 
  • ¿Sabe delegar? 
  • ¿Es capaz de darse a Ud. mismo el apoyo que necesita? 
  • ¿Qué va a hacer para alcanzar su objetivo? ¿Cuándo, dónde y cómo?

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8 de junio de 2022

¿Fuera o dentro de la caja?


Tener problemas no está mal. Lo importante es saber precisarlos y delimitarlos. 
La creatividad implica romper con patrones establecidos para mirar las cosas de otra forma, asegura Edward de Bono. Cuando el problema es un pantano, un sitio de difícil acceso y salida, «pensar fuera de la caja» es un camino aceptado y ciento por cien viable para obtener soluciones e ideas fruto de una mirada fresca. Ideas que consideren el vaso medio lleno del desafío. Pero, atención con difuminar y suponer que no existen los límites al momento de darle play al pensamiento creativo. Por contradictorio que parezca, tal libertad no será un aliado estratégico para nuestros fines. El hecho de «pensar fuera de la caja» para generar nuevas soluciones para abordar el problema, es un acto que está circunscripto a «pensar dentro de la caja».
¿Cómo se puede realmente «pensar fuera de la caja»?
«Pensar fuera de la caja» pero dentro de una caja mayor y flexible implica:
  • Redefinir
  • Rediseñar
  • Reinventar
  • Salir de contexto
  • Ir más allá
  • Estimular el pensamiento flexible
Mas aceptando que los límites son parte de la creatividad. Una concesión de reglas para romper las reglas.
Aprende las reglas como un profesional para poder romperlas como un artista, expresa Pablo Picasso. Y algo de eso hay, bastante diría. Conjeturar que la creatividad –«ser creativo» es una acción de «locos lindos» en el que todo vale es una escena improductiva. La creatividad –el pensamiento creativo–  prosperará cuando comprendamos que se trata de (re) definir, (re) interpretar y desafiar los marcos de referencia.
Aprende a ver los problemas, situaciones o contexto de manera más amplia. No ser negativo ni cerrado o despectivo de una posible solución a fondo antes de haber pensado bien. Como dice Eduardo Kastika: no se trata de «pensar fuera de la caja» sino de «pensar acerca de las cajas» que desafían a nuestra creatividad y nos desafían a nosotros mismos.
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6 de junio de 2022

¿Cómo encontrar sentido a los malos momentos?

Tenemos una imagen de la felicidad que no existe. Hay que reivindicar el derecho para atravesar los malos momentos



Seguro que alguna vez has atravesado un momento difícil: porque no te saliera algo como esperabas, porque no te encontrabas bien o porque perdiste a algún ser querido. Lo que sea. En esos instantes no brotan emociones positivas necesariamente, ni te apetece estar alegre como unas castañuelas. Te pueden decir que veas la botella medio llena, que te animes, pero te sirve de poco. Estás mal y punto; y lo peor que puedes hacer es, además, sentirte culpable por ello. Tendríamos que reivindicar el derecho para atravesar malos momentos, porque son necesarios, porque tienen un motivo y porque quizá tengamos una imagen de la felicidad que no existe.

Posiblemente, la psicología positiva ha sido una de las grandes revoluciones en el pensamiento de las últimas décadas, sin embargo, parece que existe una corriente mal entendida que defiende que la felicidad es una vida sin dolor y sin momentos de sufrimiento. En Oriente, por ejemplo, uno de los monjes tibetanos más reconocidos, Kenchen Konchog Gyaltshen Rinpoche, reconoce las ventajas de pasarlo mal: nos aporta sabiduría, nos entrena en resistencia, nos ayuda a ser más compasivos y nos lleva a respetar de un modo profundo la realidad. Por tanto, los malos momentos nos ayudan, y todos los héroes, incluso los de las culturas más ancestrales, viven sus propios desiertos, es decir, sus instantes de bajón emocional. Es más, incluso si queremos renovarnos, seguramente tendremos que atravesar algún desierto más o menos árido.

Cuando nos sonríe el éxito, nos sentimos fuertes, invencibles y podemos caer en la arrogancia. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a un contratiempo, a un fracaso o a una pérdida, nuestras seguridades se tambalean un poco. Nos ayuda a cuestionarnos y a indagar sobre ciertas certezas. Y eso es saludable porque transitamos de la posible arrogancia a abrazar la humildad, a tocar tierra (humus, que es el origen de la palabra). Por eso, me gusta la metáfora que utiliza Tal Ben-Shahar, profesor de Harvard, quien dice que “cuando estamos en éxtasis, miramos hacia arriba, hacia el cielo, hacia el infinito, y cuando estamos pasándolo muy mal, tendemos a mirar hacia abajo, hacia el suelo, hacia lo finito”. Y ambas miradas son necesarias para completarnos como personas.

El hecho de que pasarlo mal tenga un sentido y nos ayude a crecer como personas tampoco significa montar una tienda de campaña en esos momentos. La idea es salir de ello lo antes posible y con el máximo aprendizaje posible. Por tanto, ¿qué podemos hacer si lo estamos pasando mal?

El primer punto que necesitamos es aceptarlo. No vale de nada negarlo, decir que estás bien cuando por dentro no estás en tu mejor momento. Has de comenzar a reconocértelo a ti mismo.

Segundo, es bueno hablarlo para no convertirlo en un gigante. Los silencios y nuestras noches deforman la realidad. Por eso, verbalizarlo con alguien de confianza nos ayuda a contemplarlo desde fuera. Equivaldría a quitarle la sábana al fantasma y a ver que no es para tanto.

Tercero, identifica el aprendizaje. Cuando somos capaces de entender qué nos aporta, podemos dar pequeños pasos para salir de él. Cada aprendizaje es un peldaño hacia su salida.

Cuarto, busca recursos mentales, emocionales o físicos. En lo mental, nos ayuda relativizarlo, enmarcarlo en su justa medida o el sentido del humor. Buscar a ese amigo que sea capaz de hacerte reír de lo que te duele. En el plano emocional, nos viene bien cuidarnos, recogernos en sensaciones amables. Huir de discusiones que aportan bien poco. Y en el terreno físico, el deporte o simplemente un baño o un masaje nos permiten ir separándonos un poquito más de ese mal momento. Por supuesto, no se olvida ni desaparece, pero al menos, nos permite tomar algo más de distancia.

Y quinto, confía. Prácticamente el cien por cien de los desiertos se superan. A veces es una cuestión de tiempo. Pero en la medida en que se confíe, se tiene más energía para continuar adelante.

Todos vivimos malos momentos. Algunos se superan rápido y otros nos pueden llevar varios meses. Ambos forman parte de la aventura de vivir. No tenemos que ir a buscarlos ni regocijarnos en ellos, pero sí aprovecharlos como maestros para conocernos más a nosotros mismos, para aprender y para renovarnos como personas.

Fuente: elpais.com 

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1 de junio de 2022

Creer, crear y crecer

Creer en ti, en tu propósito y en tu pasión te ayudará a tener la fortaleza en los momentos que más desees detenerte.
Confía

Sí, todos sabemos que el reto del emprendedor es grande, pero algo que solemos olvidar es que mucho recae en nuestra capacidad de creer que somos capaces de alcanzar el éxito. Mantener una actitud optimista nos brinda la capacidad de ver oportunidades en lugares donde otros solo logran visualizar puertas cerradas.

Situación: Tienes una junta con un cliente prospecto el cual, por recomendación, confía en tu empresa. Éste te expone sus necesidades afirmando que cumplir con los requerimientos que solicita puede ser complicado. Ahora, en este momento, y para aquellos negocios que solo buscan cumplir por cumplir, lo más sencillo sería afirmarle al cliente que, en efecto, ejecutar ciertos lineamientos es imposible, pero a diferencia de ellos, tú y tu negocio deben entrar como diferenciador con la confianza de poder ofrecer soluciones con base en la experiencia.

Tan solo piensa en esto, si esta persona se puso en contacto contigo entre, probablemente, muchas otras opciones y tienes la oportunidad de demostrar todo aquello que tu negocio puede ofrecer, ¿qué te detiene? Ganarte la confianza de tus clientes sí depende también de la seguridad con la cual te desenvuelvas ante ellos.

Crea oportunidades
En relación al punto anterior, recordemos lo siguiente: “[…] ver oportunidades en lugares donde otros solo logran visualizar puertas cerradas.”

Crear oportunidades en realidad significa salirnos de nuestra zona de confort, que para este punto sabemos es una constante si deseamos sobrevivir en un mundo lleno de gente emprendedora. Por ello, la mejor manera de hacerlo es atreviéndonos a hacer las cosas de una forma distinta: entablar conversaciones con distintos tipos de personas, acudir a eventos de emprendedores aún sin conocer a nadie, etcétera. Las oportunidades surgen muchas veces de donde menos lo consideramos.

Situación: LinkedIn es una de las mejores herramientas para crear un primer contacto con gente afín a tu área de negocio. A mí en lo particular me sucedió tras recibir una solicitud de una persona del área de comunicación que no conocía.

Su información de contacto me resultó interesante y decidí escribirle ese mismo día; en dicho mensaje le comenté sobre mi experiencia, mi empresa, sus servicios y cómo consideraba que podría resultar interesante trabajar en conjunto. Horas más tarde, recibí un correo con una propuesta de día y hora para vernos.

Mi aprendizaje más grande fue el darme cuenta de que nadie nos limita de crear oportunidades y que no perdemos nada con arriesgarnos.

Recuerda, el no ya lo tienes, ¿qué vas a hacer para obtener el sí?
Enfócate
La vida de un emprendedor se rige, entre muchos otros aspectos, por el cambio. Esto, en ocasiones, nos orilla a resolver situaciones a prueba y error con la finalidad de alcanzar objetivos y metas en concreto, cuando en realidad, y desde un inicio, podríamos utilizar un buen enfoque para obtener de una manera más confiable aquello que deseamos para nosotros y nuestras empresas.

Situación: Al vivir largas jornadas laborales, darnos cuenta de que el trabajo no se termina o no llega, es normal que surja el momento en que nos cuestionemos: “¿por qué estoy haciendo esto?”

Si actualmente te es difícil responder esta pregunta, es probable que tu enfoque no esté claro, que éste haya evolucionado o simplemente que aún sea inexistente. Ahora bien, si notas que tu enfoque actual no está dando resultandos, es válido redirigirlo hacia una nueva dirección que resulte mucho más favorable.

Aprende
Al mantener vivo el deseo por aprender tendencias nuevas sobre tu área de negocio, el mundo, idiomas u otras culturas estás alimentando tu creatividad e incorporando nuevas habilidades a tu vida diaria. Lo habrás escuchado anteriormente, pero es una realidad que en un mundo que está en constante cambio es inevitable no adaptarnos y ofrecer servicios, productos o soluciones que satisfagan lo que el público solicita.

Situación: Obsérvate desde afuera como si tú fueras el cliente. ¿Qué preguntas te harías? ¿Qué dudas te surgirían? ¿Cuáles serían tus requerimientos? ¿Qué esperas del producto o servicio que ofrece tu empresa? ¿Qué está haciendo la competencia? ¿Qué necesitas mejorar? ¿Qué hay de nuevo allá afuera? Adelantarnos a las expectativas o preguntas de un cliente es también una forma de aprender sobre nuestro propio negocio. 

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