26 de octubre de 2017

Desarrollo del Liderazgo

Al preguntarse por qué no hay mejores líderes con todos los recursos que se invierten en programas de aprendizaje, de seguro la respuesta es compleja, pero una parte se debe a que no se están desarrollando adecuadamente las habilidades y competencias de liderazgo, y hasta en muchos casos se ignoran. Hoy está claro que no se puede utilizar el poder posicional para jefear a los equipos, se debe liderar. Muchos gerentes suelen confundir la administración con el liderazgo, y se sabe que un gerente o jefe no necesariamente es un líder y que un líder no necesariamente tiene un puesto alto o tiene gente a su cargo. Por eso es necesario tener en cuenta las competencias para ejercer un buen liderazgo.


Como tradicionalmente el enfoque para nombrar a los gerentes es el orientado a resultados, entonces buscan gerentes que se destaquen por sus conocimientos o experiencia técnica, son gerentes solucionadores de problemas, pero sin liderazgo. Lo correcto sería seleccionar gerentes que posean, además de amplios conocimientos, probadas habilidades para liderarse a sí mismos, y saber liderar personas y equipos, que estén orientados hacia los resultados y las personas. Este sería el enfoque del gerente-líder, que da el ejemplo, que construye personas y equipos, y sabe que los resultados los producen personas y equipos inspirados y motivados.
Desarrollar las habilidades de liderazgo gerencial debe estar entre los objetivos estratégicos organizacionales. Esto se logra con diversas herramientas a través de programas de aprendizaje, Coaching Ejecutivo y aprendiendo a liderar liderando, no en el aula. Los adultos aprenden mejor cuando ven cómo el aprendizaje impacta y está alineado con las metas del trabajo.
Recordemos que existe una relación directa entre la efectividad de un líder y la productividad y los resultados de la organización.

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24 de octubre de 2017

Las aplicaciones prácticas del Coaching

Si viéramos la vida como una pista de carreras, con todos nosotros detrás de las ruedas de nuestros coches de Fórmula 1, sería más claro entender las aplicaciones del Coaching en la vida cotidiana.



El Coaching tiene muchas aplicaciones útiles, prácticas, puede ayudar a las personas a gestionar el día a día mejor y no hay magia ni vudú.


Volvamos a la analogía de la pista de carreras, estamos corriendo sobre la pista y de repente algo sucede: un acontecimiento externo (por ejemplo, un coche que viene en sentido contrario) o un acontecimiento interno (por ejemplo, un miedo que aparece en nosotros y nos perturba)


Existen determinados eventos que son escenarios que implican cambios inesperados o no deseados, cambios en los pensamientos o sentimientos, frustraciones o hechos desconcertantes.


El conductor que experimenta un evento externo reacciona. Se encuentra con que debe desviarse de su curso y comenzar a perder velocidad. El conductor se siente desorientado porque ve peligrar su carrera.


El conductor que experimenta un evento interno a veces se bloquea. Se encuentra con que sus reacciones son lentas, su nivel de estrés aumenta y su confusión es clara.

Ahora, se requiere ayuda para ganar la carrera…

Este es el concepto de la auto-realización, es la mejor versión de nosotros mismos que podemos ser. Asegurar que nos mantengamos fieles al “plan de carrera” y que vamos a poner en marcha nuestros mejores recursos para alcanzar el logro propuesto.

El Coaching es como una carrera en cierto modo.

Es un espacio conversacional que la gente puede usar siempre que lo necesite durante el tiempo que necesite, para múltiples aplicaciones prácticas:
  • Hacer un balance de nosotros mismos y adquirir más poder personal. 
  • Ayudarnos a trazar un objetivo consistente y realizar nuestro plan de acción personal. 
  • Elaborar el plan de carrera, lo que permite hacer planes para el futuro en una organización o por mi propia cuenta. 
  • Aprender a tomar mejores decisiones. 
  • Mejorar nuestras relaciones de pareja y afectivas. 
  • Ser líderes exitosos en tiempos de cambio e incertidumbre. 
  • Gestionar mejor nuestro tiempo para llegar a todo lo que necesitamos. 
  • Reducir nuestros niveles de estrés. 
  • Ayudarnos a presentar nuestro mejor medio audiovisual: nosotros mismos, en presentaciones eficaces llenas de “magia”. 
  • Alcanzar nuestra libertad financiera. 
  • Ser más creativos. 
  • Manejar nuestro cuerpo y nuestra voz para ser más impactantes y relacionarnos mejor. 
  • Ser mejores padres y aprender a mantener relaciones adecuadas con nuestros hijos. 
  • Y muchas más cosas… 
La sensación de que las cosas que uno quiere están a su alcance, siempre que se puedan controlar, es lo más increíble del Coaching.

Los Coaches son los fontaneros, mecánicos, ingenieros de "situaciones de vida diferentes”, listos para desbloquear y ayudar en los desafíos, problemas y obstáculos que enfrentan los clientes (coachees) para que puedan seguir adelante.

Para una persona, el mejor momento para entrar en los “boxes” del circuito, es atendiendo de forma rápida las señales de alerta temprana de los problemas y no cuando el indicador de combustible está en rojo, las llantas con clavos y el vehículo está fuera de control.

El cliente experimenta una enorme sensación de alivio que lo hace moverse hacia adelante. Es el progreso con “P” mayúscula. La confianza comienza a aumentar ya que hay una toma de conciencia de donde estoy y a donde llegar. El pensamiento se hace más positivo, comienza a echar raíces, y luego de este proceso, comienza a ganar impulso. Se trata de un "ciclo virtuoso” que da lugar a muchos otros.

A todos nos sacó del curso de nuestra carrera, por una razón u otra, en diferentes puntos de nuestra vida, un evento externo o interno, o ambos a la vez, y debemos estar preparados para ser los héroes de la pista que asumen la responsabilidad por su desempeño y su propio progreso, y hacer una parada en boxes cuando lo necesitamos, con un Coach.

No lo dudes: aplica Coaching en tu vida. Es práctico y es aplicable a múltiples situaciones.

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12 de octubre de 2017

La culpa sin ira

A pesar de que "la ira" es sólo uno de los muchos sentimientos que experimentamos, la mayor parte de las veces usted se puede sentir mal consigo mismo cuando se enfada. El hecho es que usted puede elegir sus pensamientos y acciones, pero sus "sentimientos" pueden vengarse de usted.


Así que sentirse mal o culpable por estar enojado es innecesario. Cuando usted se siente violado de alguna manera, su cerebro ordena el sentimiento de ira. No es el sentimiento el problema, sino más bien el "comportamiento" que resulta de sus sentimientos. Entonces, ¿cómo nos comportamos cuando nos enojamos?
No es su culpa
Desde la infancia hasta la edad adulta hemos desarrollado pensamientos y creencias específicas. Lo que pensamos determina cómo nos sentimos y cómo actuamos. Los pensamientos y las creencias que tiene son a menudo las de sus padres, los maestros, los medios de comunicación, su escuela, etc..., pero no es frecuente que provengan de nosotros mismos.
Usted puede cambiar
Como sus pensamientos y creencias crean sus sentimientos y perspectiva de la vida, es necesario hacer un inventario en algún momento. Ya no es un niño. Usted puede cambiar su "auto-conciencia" y examinar su "viejas ideas". ¿Usted piensa que sus todos sus sentimientos trabajan a favor o están provocando perjuicios en su vida?  Conteste la pregunta.
Este es un elemento importante en el manejo de la ira: aprender a contestar esta pregunta cuando se presenta una situación que le puede provocar ira.
La ira es un "toque de atención" - una oportunidad para hacer balance de uno mismo y controlar el sentimiento que no funciona a su favor  y empezar a aprender cómo cambiar para mejor.
El Coaching es un medio muy efectico para el manejo de la ira, mediante un proceso profundo y emocionante con su Coach que le hará sentirse mejor.

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9 de octubre de 2017

Coaching o entrenamiento emocional

Con este anglicismo (cuya traducción es “entrenamiento”), importado desde el mundo del deporte al de la empresa, que cada día escuchamos más a menudo, se está haciendo referencia al concepto socrático de “Mayeútica”, un concepto no tan reciente, y sin embargo, salvando las distancias del contexto, prácticamente con idéntico significado.


Sócrates instauró este modelo de enseñanza, basado entre maestro y discípulo, con la intención de que este último, sacará afuera el conocimiento que latía en él. De aquí el nombre de Mayeútica, que en griego hace referencia al arte de ayudar a procrear, a parir, a sacar de dentro a fuera. También es atribuida a Sócrates la frase inscripta en el Templo de Apollo en Delfos: “Conócete a ti mismo”.
No obstante, aunque ya Sócrates, a través del arte de hacer preguntas, ayudara a otros a que conectaran con su propia fuerza personal con el fin de que consiguieran sus propios objetivos, no fue hasta finales del siglo pasado cuando tuvo una aplicación en el mundo de la empresa. La idea tuvo una evolución del deporte hacia el mundo de los negocios, aparentemente sencilla: Timothy Gallwey descubrió que lo que realmente dificultaba a los deportistas la consecución de sus objetivos, no era otra cosa que su propia mente, y empezó a trabajar con ellos estos aspectos, optimizando los resultados de sus deportistas entrenados. Poco más tarde, este modelo de entrenamiento emocional, se exportó a la empresa, y posteriormente a la esfera personal.
El Coach o Facilitador, va a ayudar a que emerjan las dificultades, y sobre todo, las limitaciones que afectan a la consecución de los objetivos de la persona en entrenamiento, para posteriormente abrir posibilidades nuevas, y poder diseñar así, acciones que le hagan caminar hacia los resultados queridos.
Lo que aparentemente parece innecesario o superfluo, adquiere su importancia real en el contexto de empresas avanzadas, que requieren entrenar formas de trabajo como la colaboración y la participación, o mejorar el clima laboral con el fin de prevenir que la competitividad extrema derive en conflictos que afecten a la producción. La complejidad que adquieren, en algunas empresas, las relaciones interpersonales, hace realmente difícil innovar, tomar decisiones, diversificar los intereses empresariales, o siquiera, trabajar eficazmente. Y a menudo, ante estos desafíos, se responde con disfunción.
El filósofo y afamado escritor estadounidense Eric Hoffer, que fue uno de los primeros pensadores que reconocieron la trascendental importancia de la autoestima y del control de las emociones para un bienestar psicológico, escribía: “En épocas de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro. En tanto, quienes creen saberlo todo, se encontrarán maravillosamente equipados para operar en un mundo que dejó de existir.”
Por lo tanto el reto está planteado: ante una compleja red de escenarios interrelacionales, y unos contextos globales impredecibles, que nos reportan cada vez más incertidumbre, parece que, con el objetivo de optimizar resultados y de prevenir un estrés excesivo, se hace preciso un modelo directivo (y en lo personal, un modelo de aprendizaje) basado en el cuestionamiento constante, con el objetivo de ampliar nuestro conocimiento personal, y así expandir nuestros límites de acción. Dicho de otro modo: aprender de uno mismo en la diversidad de escenarios en los que se expone, haciendo que su actitud evolucione de percibirlos como una amenaza a percibirlos como una oportunidad.
En esta línea, cada día más empresas (empleados, directivos o empresarios), ponen en manos de especialistas externos, profesionales del coaching, el análisis de las dificultades emocionales que distancian a la empresa en la que trabajan, de ser una organización inteligente y efectiva. Un ambiente empresarial, en el que se cree un contexto emocional que permita, además de la consecución de los logros empresariales, los logros personales de cada uno de sus integrantes. En definitiva, una visión compartida, en la que intereses de empresa y de empleados se encuentren alineados, no confrontados.

MPC Coaching
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