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Ser emprendedor no sólo es cuestión de aceptar el reto de tener tu propia empresa. También implica aprendizaje constante, tomar riesgos y, por supuesto, equivocarse. Se pueden tomar ciertas previsiones haciendo un plan de negocios para definir la misión, visión y objetivos de la organización. Sin embargo, en la práctica es cuando comprobamos si las estrategias diseñadas dan los resultados esperados.
La mayoría de los empresarios se forma y aprende las lecciones más valiosas al momento de ejecutar. En otras palabras, no se estudia para ser dueño de negocio, aunque sí ayuda el hecho de contar con conocimientos en diferentes disciplinas como administración, marketing y finanzas. Pero al final del día, se deben afrontar diversas situaciones para las que no siempre se está preparado.
Otra situación común es que la rutina provoca que el emprendedor no sea capaz de darse cuenta de que está cometiendo una serie de errores o que esta “miopía de taller” no le permita identificar nuevas áreas de oportunidad que se le presentan. En el peor de los escenarios, puede caer en un área de confort, o bien creer que lo sabe todo y que no necesita la ayuda de nadie, pues está satisfecho con lo que ha conseguido sin analizar hasta dónde puede ser capaz de llegar.
Inicia la conversación
Es cierto: tú eres la persona que mejor conoce cómo opera tu empresa. Por lo tanto, eres el indicado para resolver los problemas relacionados con ella y hacerla crecer. La pregunta es: ¿cómo lograrlo? Y la respuesta es sencilla: con un coach ejecutivo. Quizá no habías escuchado antes este término o solamente relacionas esta palabra con deportes como el box o el futbol americano. La realidad es que esta figura te puede ser de gran ayuda para mejorar tu desempeño.
“El concepto de coaching ejecutivo es una conversación bajo una metodología, la cual logra –con base en una serie de preguntas que el coach le hace al coachee– que la persona, ya sea dueño o directivo, perciba una serie de situaciones que le van a ayudar a resolver una problemática”, explica Ricardo Shahin, coach profesional y director general de CIR México, firma especializada en calidad en el servicio y satisfacción del cliente. “El coach no sugiere, no recomienda, no juzga; su misión es que tú te muevas de un lugar a otro. Pero la decisión es tuya, pues a quien le debe ‘caer el 20’ es a ti”, agrega.
Cuando tú mismo comienzas a pensar y analizar las cosas, al final, determinas qué es lo que tienes que hacer. Con la metodología del coaching ejecutivo como base, el coach ayuda a la persona a que tome la decisión que realmente quiere y, sobre todo, la que más le conviene. El empresario tiene que comprender que es él quien tiene la solución. Por lo tanto, el trabajo del coach no consiste en darle una lista de órdenes a seguir.
Lo que sucede cuando el emprendedor recurre a una capacitación o asesoría externa es que obtiene ideas o sugerencias que puede aceptar o rechazar. “Pero no es lo mismo tener el conocimiento que empezar a desarrollar la habilidad para hacerlo, y es cuando realmente aprendemos. Por ejemplo, si te platico de un libro que trata sobre cómo nadar y no te metes a la alberca, jamás vas a aprender”, aclara Gutiérrez, quien también es catedrático de la Universidad Iberoamericana (UIA), Campus Ciudad de México.
Por lo que, la base del coaching ejecutivo es la acción; el coach te daretroalimentación para que tú mismo vayas comprendiendo y actuando de tal manera que te permita crecer en la realidad, es decir, en la práctica. El objetivo es no quedarse únicamente en el plano de las ideas, sino llegar hasta el punto de la ejecución. Sólo así generarás resultados.
Todas las personas (en su respectiva actividad profesional) tienen ciertas áreas ocultas, o sea, no pueden ver todo el panorama debido a que se encuentran actuando la mayor parte del tiempo. En cambio, cuando hay un observador externo que te mira de una forma más integral, también está más consciente de otros aspectos que tú no identificas.
De ahí que la función del coach es, en gran parte, estar contigo, retroalimentar tus ideas y ser un testigo. Para Gutiérrez, siempre es bueno contar con acompañantes para mejorar nuestro desempeño. “Todos tenemos muchos ‘recursos’; el problema es que algunos están dormidos. Cuando entras en una dinámica con un coach, la consecuencia es que despiertas el concepto de awareness (estar más consciente), lo que te permite encontrar cuáles son esas creencias limitadoras y ponerles solución”, asegura.
Existen empresarios que piensan que nadie les puede enseñar algo nuevo acerca de su negocio, pues ellos mismos lo fundaron y lo han operado durante años. Si te identificas con este perfil, analiza lo siguiente: “el coach del jugador número uno de tenis del mundo no es aquel que lo supera en la cancha, sino el que ve cosas distintas a las que el coachee observa; esos son precisamente los puntos (áreas susceptibles de mejora) en los que se enfoca para que la persona se dirija hacia cierto lugar”, aclara el director general de CIR México.
También hay quienes creen que el coaching ejecutivo es exclusivo para quien tiene un problema o una limitante en su compañía, aunque no necesariamente es así. Puede tratarse de alguien que está actuando bien, pero quiere afinar ciertas habilidades o descubrir áreas de oportunidad para crecer. Todo parte de estar consciente de la situación que se vive, para entonces tomar una decisión en consecuencia.
MPC Coaching
mpccoachingcontacto@gmail.com
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