La resiliencia puede ayudarte a protegerte de diferentes afecciones de salud mental, como la depresión y la ansiedad. La resiliencia también puede ayudar a compensar los factores que incrementan el riesgo de presentar trastornos de salud mental, como el acoso o un trauma previo. Si ya tienes un trastorno de salud mental, la resiliencia puede mejorar tu capacidad para afrontar una situación difícil.
«Resiliencia» significa ‘poder adaptarse a las desgracias y a las dificultades de la vida’. Pon a prueba tu nivel de resiliencia y obtén consejos para desarrollar tu propia resiliencia.
Consejos para aumentar la resiliencia
Si quieres ser más resistente, ten en cuenta estos consejos:
- Conéctate. Construir relaciones fuertes y positivas con los seres queridos y amigos puede darte el apoyo y la aceptación que necesitas en momentos buenos y malos. Establece otras conexiones importantes ofreciéndote como voluntario o participando en una comunidad religiosa o espiritual.
- Haz que cada día tenga sentido. Haz algo que te dé una sensación de logro y propósito todos los días. Establece metas que te ayuden a mirar hacia el futuro con sentido.
- Aprende de la experiencia. Piensa en cómo has afrontado las dificultades en el pasado. Recuerda las habilidades y estrategias que te ayudaron en los momentos difíciles. Incluso podrías escribir sobre experiencias pasadas en un diario para ayudarte a identificar patrones de comportamiento positivos y negativos, y guiar tu comportamiento futuro.
- Mantén la esperanza. No puedes cambiar el pasado, pero siempre puedes mirar hacia el futuro. Aceptar e incluso anticipar el cambio hace más fácil adaptarse y ver los nuevos retos con menos ansiedad.
- Cuídate. Atiende a tus propias necesidades y sentimientos. Participa en actividades y pasatiempos que disfrutes. Incluye actividad física en tu rutina diaria. Duerme mucho. Sigue una dieta saludable. Practica el manejo del estrés y técnicas de relajación, como el yoga, la meditación, la visualización dirigida, la respiración profunda o la oración.
- Sé proactivo. No ignores tus problemas. En cambio, averigua lo que hay que hacer, haz un plan y toma medidas. Aunque puede llevar tiempo recuperarse de un gran contratiempo, un evento traumático o una pérdida, debes saber que tu situación puede mejorar si trabajas en ello.
Ser más resiliente requiere tiempo y práctica. Si no sientes que estás progresando, o no sabes por dónde empezar, considera la posibilidad de hablar con un profesional de la salud mental.
Con asesoramiento, puedes mejorar tu resiliencia y tu bienestar mental.
Fuente: mayoclinic
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