En la búsqueda de estrategias adecuadas para optimizar la relación personal con el binomio mente-cuerpo y sobrellevar situaciones específicas, quizás nuestros clientes hayan considerado adentrarse en el proceso de Coaching o en la psicoterapia.
Posiblemente hayan decidido consultarlo con sus colegas del trabajo, sus
familiares o incluso con una mejor amiga: “yo estoy con un Coach
Personal y me ha resultado muy bien…" “mi terapista es excelente, yo llevo
casi un año con ella…" ¿por qué un terapista y no un coach?”... “no seas
anticuado, tú lo que necesitas es Coaching”.
¿Qué es el Coaching? ¿Cuál es la función del coach? ¿Se considera un
sustituto de la psicoterapia? Las respuestas a estas preguntas
no siempre han quedado claras para nuestros clientes. Como ejecutores del
Coaching, debemos ser capaces de explicar de una forma simple en qué consiste
nuestra profesión y reconocer sus distinciones al compararlo con la
psicoterapia.
Como ya sabemos, el Coaching es definido según la International
Coach Federationcomo “una relación profesional continua”, en la cual se
utilizan una serie de preguntas poderosas y creativas que maximizan el
rendimiento de los clientes y los apoyan en la acción de “producir resultados
extraordinarios”. Bajo este paradigma, el cliente es funcional y se
considera el experto en su vida: el coach es el experto en el Coaching,
sus técnicas y en el arte de preguntar. A través de preguntas efectivas y
creativas, el coach elabora un escenario co-creado con el cliente o coachee, en
el cual se establecen metas de acuerdo a los intereses del último y se dirigen
así a la acción.
Una de las distinciones esenciales que se establece en el arte del
Coaching es que éste no corresponde a un proceso psicoterapéutico ni su
ejecutor, el coach, se denominará como un profesional de la salud. Es un error
craso considerarlo como un proceso sustituto a la psicoterapia y así queda
estipulado por los ejecutores de esta disciplina. Tanto la Internacional Coach
Federation (IAC) como la Internacional Association of Coaching (IAC) destacan
la importancia de referir a un profesional de la conducta humana u otro
especialista, particularmente si se manifiestan problemas emocionales o se
evidencia alguna sintomatología que interfiera en dicho proceso.
Otra distinción evidente del Coaching es que éste no ausculta en el
pasado, como lo efectúa la psicoterapia, a menos que exista un fin e
implicación en el futuro (ejemplo: “¿Qué aprendiste la primera vez que
hiciste determinada acción, que te apoyará a lograr determinada meta”?). Por
otra parte, las sesiones de Coaching pueden efectuarse por vía telefónica,
Internet u otros medios de comunicación versus la psicoterapia, que aún valora
la relación tradicional en un contexto fijo por las implicaciones éticas, de salubridad
y de confidencialidad (oficina privada, contexto hospitalario, entre otros).
Algunos puntos en los cuales tanto la psicoterapia como el Coaching
convergen son los siguientes: la utilización de preguntas abiertas (ejemplo:
“¿qué es para ti la creatividad? ¿cómo defines la estabilidad económica?”), la
utilización del lenguaje no verbal como herramienta para descubrir mensajes
incógnitos del interlocutor, el rapport, la utilización de ejercicios
especializados, la aplicación de sus técnicas de forma grupal o individual, la
elaboración de estándares para la profesión y el establecimiento de un plan de
acción. Ambas profesiones requieren un proceso de formación continua y fomentan
una relación profesional de acuerdo a un código de ética establecido (como el
de la APA, la IAC, la ICF y de otras organizaciones).
Una vez el cliente
haya reflexionado esta información presentada por usted y entre ambos hayan
analizado su situación actual, éste será capaz de determinar cuál proceso
resulta adecuado para su vida o la de sus seres allegados. Finalmente,
no olvidemos lo siguiente: el cliente tiene la última palabra.
Diferencias generales entre la Psicoterapia y el Coaching:
La Psicoterapia
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El Coaching
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Evoluciona de la medicina, la psicología y la
psiquiatría.
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Evoluciona de los negocios y el desarrollo
personal.
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El cliente requiere un proceso terapéutico.
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El cliente se concibe como funcional.
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Se centra en las emociones y en los eventos
pasados y presentes.
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Se centra en la acción y el futuro.
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Explora la raíz de los problemas y la solución de
los mismos.
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Se enfoca en la solución de problemas.
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Utiliza técnicas terapéuticas validadas
empíricamente (ejemplo: Modificación de Conducta).
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Utiliza técnicas especializadas como parte de su
metodología. Integra preguntas poderosas, creativas y dirigidas a la acción
(Ejemplo: Rueda de la Vida).
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El plan de tratamiento se elabora a partir de los
signos, síntomas y el curso clínico.
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Se establece un plan de acción adecuado, de
acuerdo a las metas planteadas por el cliente y su ejecución en la realidad.
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MPC Coaching
mpccoachingcontacto@gmail.com
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