Volviendo al mundo animal, en concreto a los mamíferos, por pertenecer los humanos a este grupo, vemos que sus reglas sobre liderazgo han permanecido inalterables a pesar de los años. Incluso animales domesticados, como los perros o los caballos, al agruparse rápidamente forman manadas y se erige un líder al que todos siguen.
En el concepto "manada" no existe una cantidad concreta de animales reunidos como para determinar cuándo empieza y cuándo acaba una manada. Dos perros o dos caballos ya forman una manada, y uno de ellos será inevitablemente el líder. De la misma manera, un mismo caballo o perro puede ser líder en una manada y dejar de serlo en otra diferente donde el liderazgo lo ejerce otro caballo o perro.
¿Qué ocurre con las personas? Muy sencillo, nos hemos desapegado del ámbito natural y ahora estamos empezando a pagar las consecuencias. Líderes que son jefes, jefes que lo son por tener unas competencias técnicas y formación académica superiores al resto de candidatos que formaron parte del proceso de selección; llamados a líderes que se quedan en subordinados por descuidar su formación técnica.
Y así, numerosas combinaciones que provocan las nuevas enfermedades en esta sociedad de la información y la tecnología: ansiedad, estrés, depresión, entre otras.
¿Qué se puede hacer? La respuesta en principio no plantea mayores complicaciones: al jefe se le dotan de herramientas y se le capacita para que adquiera habilidades directivas y desarrolle su liderazgo, en definitiva, "se le hace líder".
Al llamado a ser líder, se le forma en los conocimientos técnicos y académicos necesarios para que pueda escalar posiciones dentro de la organización.
MPC Coaching
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