9 de agosto de 2018

Actitud: Fracasos, temores y triunfos ante la crisis Parte III


4. Replantee o "re-enmarque" su forma de pensar.

Piense en términos más positivos.

En lugar de anticipar un posible resultado o evento como una posible catástrofe, mírelo como un reto. 

En vez de especular: "¡esto podría resultar en un desastre!", piense: "¡esta es mi oportunidad de lograr el cambio que busco!" 

A cambio de pensar: "¡el tiempo no es suficiente!", piense: "¿cómo puedo mejor aprovechar el tiempo que tengo?" 

No piense: "¡esto no es lo que necesito, no me resuelve nada!", piense: "¡esta es una buena oportunidad, pues no tengo nada que perder y puedo intentar algo realmente innovador!" 

Incluso hasta las sensaciones físicas pueden "re-enmarcarse" y verse desde otra perspectiva. Por ejemplo, las palmas de las manos húmedas y las "mariposas en el estómago" - en vez de interpretarlas meramente como indicios de "miedo" - distíngalas como señales de anticipación de que vamos a aprender algo nuevo que nos va a hacer más capaces. 

Está en orden una advertencia: "re-enmarcar" no es asunto de "engañarse" a uno mismo. Es reconocer que toda situación que observamos en nuestro diario vivir y la actitud que asumimos ante ella, típicamente tienen más de una cara y podemos decidir cómo abordarla. Es como una moneda con sus dos lados. ¿Qué lado está mirando? Si uno no está acostumbrado a hacerlo, inicialmente puede uno sentirse un poco raro con la idea de "re-enmarcar" su forma de pensar, hasta que la práctica se convierta en una nueva y poderosa destreza. 

5. Reduzca su presión mental.

Para esto, acepte que eso que llamamos "fracaso" es una parte normal de cualquier vida balanceada. Esto le facilitará aprender a ser flexible y saber amoldarse ante la presión de intentos fallidos y nuevas dificultades. Y no tema sentir miedo ante la idea de fracaso, pero reconozca que ese temor no está necesariamente basado en la realidad, sino que nace de una proyección mental de algo futuro, imaginado, algo que sólo se convertirá en un problema real si en efecto usted cesa de actuar para lograr sus objetivos. 

Finalmente, recuerde que no hay cambios que ocurran de la noche a la mañana. Así que persista y tenga presente que cometer un error no nos convierte en un fracaso. Igualmente, es importante que recuerde sus pasados éxitos, para que así continuamente reconozca lo que usted es capaz de lograr.

¡El temor al fracaso no podrá prevalecer ante el peso de la evidencia de que usted puede triunfar hoy y mañana! Toda acción exitosa cobrará un nuevo significado.


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