1 de agosto de 2017

Crece con un Coach Ejecutivo (Segunda Parte)


Metodología que sí funciona

De acuerdo con Shahin –quien es experto en calidad en el servicio y satisfacción del cliente–, el coaching ejecutivo se soporta en dos grandes columnas: 

1. El coachee. Se trata de la persona (o el cliente), que sostiene una conversación con el coach bajo una metodología.

2. La acción. Esta plática no debe quedarse sólo en el terreno de los planes e ideas, sino que siempre tiene que ir acompañada de una acción (tarea o asignación) que deja el coach al coachee en cada sesión.

La gran ventaja es que con base en esta conversación, comienzas a notar lo siguiente: una serie de situaciones que no habías pensado, puntos que no habías considerado y elementos que habías pasado por alto. “Lo importante es que las determinaciones que se toman para solucionar los problemas o mejorar diferentes aspectos del negocio son tus propias decisiones, utilizando tus conocimientos”, precisa Shahin. 

El coach no viene a imponer su perspectiva; tú eres el que deduce las cosas y el que sabe lo que tiene que hacer. Más bien te lleva hacia otro lugar –como dice el origen del concepto– y ayuda a que no te pierdas en el camino. La última palabra es tuya, por eso es válida, porque no es lo que te dijeron que tienes que ejecutar, sino que es tu iniciativa y de nadie más.

Es fundamental crear empatía (elemento básico para construir una comunicación efectiva), ya que tiene que haber confianza para que el coachee pueda tener apertura para realmente externar sus ideas y puntos de vista, así como sus temores y limitaciones. Después, hay que identificar el objetivo que se va a buscar en cada sesión y estar consciente de la importancia de conseguir esa meta. 

Ahora bien, de acuerdo con la experiencia de estos tres coaches, las sesiones que se realizan con el coachee duran desde 45 minutos hasta una hora y media; mientras que la periodicidad va de una semana a un mes. Aquí lo esencial no es el tiempo, sino cómo aprovecharlo al máximo. Por lo tanto, una pieza imprescindible en la labor del coach es la habilidad para escuchar y conversar. 

“En lo particular, las sesiones las llevo a cabo una vez al mes, porque después de 90 minutos de estar con el coachee, le dejo asignaciones y le doy oportunidad para que ponga en práctica las ideas que él mismo propuso. Así, para nuestro siguiente encuentro llega con resultados”, dice Shain. ¿Qué pasa si la decisión tomada no fue la correcta? “La lección que se rescata de estas situaciones es que la persona reconozca su error y descubra la razón de su equivocación”, agrega.

Son una buena oportunidad para que la gente exprese cuáles fueron sus aprendizajes durante la semana –intervalo que él deja entre las sesiones que realiza con cada coachee– en su faceta como empresario y como persona, si cumplió las metas fijadas y cuáles fueron los principales logros y desafíos. Después, teniendo todo este aprendizaje como nuevo punto de partida, se determinan los próximos objetivos. 

“La persona va viviendo una disciplina como dueño de negocio. Para ello, cuenta con el punto de vista de alguien externo, que no es su familiar ni miembro de su empresa, pero con quien puede comentar muchas ideas y darse cuenta de varias limitaciones. Al final, lo que vale la pena es que vea que su potencial es más grande de lo que imagina y que lo que pensaba imposible de superar es sólo una falsa creencia”

A diferencia de un asesor, consultor o mentor, la finalidad del coach ejecutivo es que te superes y logres tus objetivos. El coaching no busca culpables, sino cómo opera el problema para desactivarlo o cómo aprovechar una oportunidad que se presente. Así que no confundas estos términos y si te interesa implementar esta metodología, acércate a instituciones serias para entrenarte, certificarte y ser todo un profesional. Recuerda que sólo tú fijas tus propias metas.

10 Razones para Entrenarse

1. Poder enfocarte en tus objetivos e identificar qué acciones debes realizar para que estas metas se materialicen.

2. Cambiar uno o varios comportamientos que te impiden dar lo mejor de ti mismo.

3. Elevar una competencia o habilidad al siguiente nivel de desarrollo.

4. Clarificar de forma continua los aprendizajes que incrementen tu capacidad de acción y obtención de resultados.

5. Trazar objetivos de manera efectiva y medir los avances constantemente.

6. Generar nuevas ideas, posibilidades y perspectivas.

7. Administrar eficazmente el tiempo para equilibrar la vida privada y profesional.

8. Mejorar las relaciones con superiores, colaboradores, proveedores y clientes.

9. Resolver conflictos y problemas cuando se presenten dentro y fuera de la organización.

10. Aprender a tomar decisiones difíciles.


MPC Coaching
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