Hace
veintitrés siglos, Aristóteles llegó a la conclusión de que lo que buscan los
hombres y las mujeres, más que cualquier otra cosa es la felicidad.
Cualquier
otra meta (Salud, belleza, dinero, poder, amor) la valoramos únicamente porque
esperamos que nos haga felices.
Muchas
cosas han cambiado desde el tiempo de Aristóteles, y sin embargo, sobre este
tema tan importante poco ha cambiado en los siglos transcurridos.
Cuando
escucho en la consulta la necesidad de alcanzar objetivos, hacer lo que no se
hizo, dejar de hacer lo que se hace, ir hacia donde se desea estar o salir de
donde ya no se tolera, escucho:
“¡Quiero ser Feliz!”
La
felicidad no es algo que sucede.
No
es el resultado de la buena suerte o del azar.
No
es algo que pueda comprarse con dinero o con poder.
No
parece depender de los acontecimientos externos sino de cómo los interpretamos.
Demostrado
desde la historia del rey Midas, que hay muchos con mucho, menos felices,
y hay muchos con menos, que son muy felices.
¿Por
qué?
Porque
La felicidad se basa en la forma en que interpretamos la experiencia.
La
interpretación es el sentido que le damos a lo que sucede.
De
acuerdo a como somos, vemos e interpretamos en un círculo vicioso o virtuoso
según los resultados.
La
felicidad depende del modo de ver el mundo
Aprendimos
a ver el mundo de determinada manera y también podemos aprender a verlo de
otra.
Y de esto se trata el Coaching, de un aprendizaje para cambiar nuestro modo de observar la realidad, que nos abra posibilidades, que nos permita acciones diferentes , y por sobre todo sentirnos cada día mejor, y ser más felices.
MPC Coaching
mpccoachingcontacto@gmail.com
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