En muchas ocasiones, los jefes se esfuerzan por conseguir que el equipo que tienen a su cargo funcione. Sin embargo, tratar a los empleados como “números” puede llegar a ser contraproducente y, aunque dé resultados, es necesario ir un paso más allá.
El líder es aquella persona capaz de influir en los demás. Es la referencia dentro de un grupo (ya sea un equipo deportivo o el departamento de una empresa). Es la persona que lleva “la voz cantante” dentro del grupo; su opinión es la más valorada.
El jefe es la cabeza de una organización. Una persona arcaica y encorsetado por la empresa, se encuentra en el puesto superior de la jerarquía y tiene las facultades necesarias para mandar a sus subordinados.
Hay quienes no entienden que lo importante es ser un buen líder, más que un jefe exitoso, sobre todo si no lo haces bien.
¿Cuál de ellos eres tú?
El jefe regaña. El líder, en cambio, ayuda a buscar una solución.
La percepción sobre su autoridad.
Para un jefe la autoridad es un privilegio concedido por su puesto de mando.
Para un buen líder, en cambio, la autoridad es un privilegio solo si es una herramienta útil para la organización.
El jefe hace suya la máxima de “yo soy el que mando aquí”.
Mientras que el líder encuentra su inspiración en la frase “yo puedo ser útil aquí”. El jefe machaca al grupo y el buen líder se mantiene al frente, los guía y se compromete día a día.
El jefe te desmotiva y humilla.
El líder, en cambio, te ayuda a crecer y mejorar.
Imponer vs convencer.
El jefe basa su influencia en la autoridad que dimana del cargo que ostenta.
El líder se gana la simpatía y la voluntad de quienes le rodean.
El jefe hace valer su posición dentro de la jerarquía, mientras que el líder cultiva y cuida su liderazgo cotidianamente.
El jefe siente la necesidad de imponer su criterio, usando largos monologos; el líder convence y ejemplifica sus argumentos, no busca desterrar a los demás, sino construir conocimiento y plan de acción.
El jefe te dice lo que quiere.
El líder te muestra cómo se hace.
Miedo vs confianza.
El jefe infunde temor, miedo, suele amenazar, y su equipo le teme, le ponen buena cara cuando está cerca pero le critican duramente cuando no está presente.
El líder es una fuente de confianza, empodera a las personas, genera entusiasmo cuando trabaja, estimula al grupo reconociendo las buenas labores y el esfuerzo de sus miembros.
El jefe precisa obediencia ciega, el líder persigue que la motivación impregne a todos. Si sientes miedo de tu superior, es un jefe corriente, si en cambio lo valoras y aprecias, tu superior es un líder.
El jefe te elimina si te equivocas.
El líder jamás te deja atrás.
La gestión de los problemas.
El jefe quiere señalar a quien ha cometido el error; implanta la creencia de buscar a los culpables. De este modo, abronca, castiga y grita si algo no sale bien, para advertir al culpable y al resto de personas.
El líder sabe entender los errores y calmadamente reorienta la situación. No se encarga de señalar los errores ajenos ni de acusar a nadie, sino que busca solucionar el problema y ayudar a quien lo ha cometido a levantarse.
El jefe ordena lo que tienes que hacer.
El líder, en cambio, te da sugerencias.
Organización técnica vs organización creativa.
El jefe distribuye las tareas y ordena, y se queda supervisando si sus órdenes están siendo seguidas a rajatabla.
El líder estimula, aporta ejemplo, trabaja codo con codo con sus colaboradores, es coherente con lo que piensa, con lo que dice y con lo que hace.
El jefe hace que las tareas sean una obligación, pero el líder sabe buscar la motivación en cada nuevo proyecto. El líder transmite ganas de vivir y progresar.
El jefe se lleva el mérito de todo.
El líder, en cambio, sabe que su equipo también hizo el esfuerzo y lo valora.
Órdenes vs pedagogía.
El jefe conoce el funcionamiento de todo, recela de su secreto que le ha llevado al éxito.
El líder sabe hacer pedagogía de cada tarea, sabe enseñar, tutela decisivamente a las personas para que puedan desarrollarse y hasta superarle.
El jefe organiza la producción, pero el líder les prepara para que alcancen todo su potencial.
El jefe te ordena a que trabajes y hagas que la empresa triunfe.
El líder te invita a que juntos logren el cambio.
Poder vs inspiración.
El jefe defiende con uñas y dientes su posición de autoridad, ansía la reverencia, quiere mantener sus privilegios.
El jefe dice “haz esto”, el líder dice “hagamos esto”.
El líder hace que la gente normal se sienta extraordinaria, logra comprometer a su equipo en una misión que les permite superarse y trascender. El líder dota de significado e inspiración a su trabajo su vida y la de los que le rodean.
La mayoría de los empleados no renuncian a las empresas…sino a los malos jefes.
MPC Coaching
mpccoachingcontacto@gmail.com
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