31 de marzo de 2021

La escalera del éxito Pt. 1



Durante todos los años de tu vida, has estado viviendo tu vida, como si fuera un pasillo largo, todo recto. No tenía ningún recoveco, ninguna subida, ninguna bajada.
Te has dado cuenta que siempre has sido el copiloto en el coche llamado vida, de otras personas, pero sientes que ha llegado un momento clave en tu vida, el momento en el que tienes que conducir tú, tu propia vida.
Al final del pasillo, vislumbras una puerta. “Menos mal, algo diferente en mi vida”, piensas. Abres la puerta, ves que tienes una escalera que sube y otra que baja.
¿Cuál elegir?
Si subes, sabes que llegarás al éxito que siempre has soñado. Si bajas, tu  vida se convertirá aún más en lo que es ahora, RUTINA.
Echas una vista atrás a todos los años que has vivido hasta ahora. Y te lamentas, que solamente habrás vivido de verdad uno, aquel año en el que arriesgaste, en el que viviste experiencias soñadas, el que fuiste tú de verdad, en el que te lanzaste a por tus sueños… Los demás años han sido rutina y más rutina. Sin sorpresas, sin alicientes.
Ese año, fuiste el escultor de tu vida, no fuiste la escultura que te sientes ahora. Creaste la vida que querías, no te importaba las circunstancias, sabías que tú eras quien tenía el poder de crear, de transformarlas en lo que tú quisieras.
Sueñas con tesoros, con retos, con paisajes inhóspitos, conocer a gente que sabes que aprenderías mucho más con ellas que con las que las estás haciendo ahora.
Pero tu ego, tu miedo, te dice que eso son hazañas imposibles, te intentan borrártelas de la cabeza al instante. Sin embargo, tú sabes que has conseguido hazañas que pensabas que eran impensables, que te decían que tenían pocas probabilidades de conseguirse. Y tú las hiciste.
Si subes la escalera del éxito, tendrás por delante hazañas que te dirán que serán impensables, pero una hazaña nunca tiene muchas probabilidades de conseguirse, y acaban haciéndose. Así que siempre confía en ti.
Tu miedo, al ver que las razones que quería darte para que no subieras, no han servido, te dice, que en los momentos que estás ahora, no vas a poder conseguir nada. Te dice que tienes un ambiente alrededor no muy halagüeño para que salgas tú en búsqueda de hazaña. Al igual que antes, tú instinto te dice que no importa la salida, sino como es la llegada.
Has conseguido muchos retos con pocos o ningún apoyo, que te decían que no lo conseguirías, pero lo hiciste. ¿Por qué? Porque confiabas en ti.
Conseguiste esas y otras muchas cosas porque pensaste diferente a los demás. Los demás te decían que no lo hicieras, que te caerías, que harían que pasases vergüenza si no lo hacías. Pero tu pensamiento diferente a los demás, no dejándote llevar por la corriente, hizo que fueras como el salmon, subiendo la corriente. Conseguiste tu meta.
Cuando conseguiste esos hechos, de los que ahora piensas que no eran para tanto, aunque te costaron tu esfuerzo y persistencia, te dabas cuenta que para conseguirlos, tenías que salir de tu “casa”, de tu zona de confort. A tu sofá no iban a ir. Así que si quieres conseguir ahora ese sueño que tienes, sabes que tienes que subir las escaleras.
Saliste de tu sofá, de tu zona, y con el riesgo que viviste, en muchas ocasiones no conseguiste llegar a la meta, en otras si. Pero siempre conseguiste una cosa, crecer.  Aprendiste muchas cosas que sabes que en el sofá, en tu sillón no ibas a aprender. Subir la escalera, te reportará más y más crecimiento, cosa que ahora no estas sintiendo.
Subir la escalera, es reafirmar que estás no conforme con tu presente. No te gusta lo que estás viviendo y sobre todo, sabes que te mereces mucho más de lo que estas sacando ahora de beneficios. Te preguntas una y otra vez “¿Por qué no yo? “ y no recibes una respuesta que te diga que no puedes y te mereces lo que sueñas. Te mereces y debes triunfar.
En tu sofá, has estado muy bien, pero la pereza te ha vencido por ahora. Tú tienes que ser el vencedor final. Tienes que vencerla para empezar a conseguir ese sueño.
“Ya vale de excusas, ya vale de pensar que empezaré otro día”, te repites una y  otra vez.  El éxito, la llave para abrirlo depende de ti. Tienes en ti el poder de cambiar el rumbo de tu vida, y solamente.

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