28 de septiembre de 2017

Curiosidad y Liderazgo

¿Qué rasgos o características tiene una persona curiosa?
¿Cómo se articula de manera concreta la curiosidad en una persona?
¿De qué manera el hecho de ser una persona con curiosidad puede hacer que sea un mejor líder?

Para dar respuesta a estas preguntas he consultado con compañeros de trabajo, he buscado en Google...

A continuación, resumo la información que he encontrado:

La curiosidad como motor que te impulsa hacia…
La persona curiosa se plantea preguntas. Para contestar a esas preguntas necesita buscar y eso, a su vez, hace que se ponga en movimiento, se relacione, y finalmente, avance en sus conocimientos o experiencia sobre ese tema en concreto. Para aprender hace falta cierta dosis de curiosidad.

Rasgos de personalidad de la persona curiosa
El curioso busca respuestas a sus preguntas, por tanto, de alguna manera necesita desarrollar ciertas habilidades de relación y comunicación. Si quiere que las personas le escuchen y le contesten, mejor que se acerque de una manera simpática y cordial.

La persona curiosa necesita también de estos recursos:

- Tener iniciativa para empezar a moverse
- Contar con cierta dosis de valentía para atreverse a plantearse y plantear preguntas
- Estar abierto a las nuevas opciones y posibilidades que vaya descubriendo

Esto le permitirá ir avanzando y aprendiendo y no quedarse en lo ya conocido. En este sentido, la persona curiosa sería como una especie de explorador-a.

¿Y qué relación tiene entonces curiosidad y liderazgo?

Para dar respuesta a esta pregunta he encontrado una frase de Warren Bennis, profesor estadounidense experto en liderazgo y empresa:

“Los líderes se distinguen de los demás por su constante apetito de conocimientos y experiencias, y, a medida que su mundo se amplía y se vuelve más complejo, sus medios de comprensión también se multiplican y se refinan” - Warren Bennis 

La curiosidad como base del intelecto
La curiosidad es un valor y una actitud hacia la vida. Como dice David Gergen, es la base del intelecto, pues toda esa información que hemos recogido gracias a nuestra curiosidad, después, hemos de ordenarla y organizarla, para poder transformarla en algo útil.

La curiosidad nos hace movernos para buscar. El intelecto nos permite organizar esa información que hemos encontrado de manera que podamos aprender y avanzar. 

Parece ser que la curiosidad, a veces infravalorada, es un valor extraordinario que puede ayudar a las organizaciones de hoy en día en sus procesos de innovación y liderazgo.
Y a ti… ¿qué te interesa? ¿Qué te hace sentir curiosidad? 
¿Te animas a explorar?

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25 de septiembre de 2017

Todos queremos un mundo mejor

Todos estamos consternados por los eventos que están pasando en el mundo entero y ahora en nuestro país. Todos los días las noticias son devastadoras y desalentadoras y en medio de nuestra indignación-frustración-impotencia, nos preguntamos qué podemos hacer para ayudar a que este maremoto mundial-nacional, que es la falta de amor, no siga arropándonos y deje de ahogar tantas vidas en la desesperanza y la agresividad.


El primer llamado es a nuestro interior, ya que todo cambio comienza por nosotros. ¿Cómo queremos que esto cambie si no estamos dispuestos a cambiar la deshonestidad por la honestidad? La ayuda de un Coach Certificado es vital ya que la disyuntiva comienza cuando lo que es honestidad para mi no es honestidad para los demás. Cuando nos comportamos como personas sin escrúpulos porque “eso todo el mundo lo hace”. Negociamos con nosotros mismos hasta el final para hacer cosas que sabemos no son las correctas y las seguimos repitiendo y “maquillando” hasta que llegan a convertirse en un mal hábito. Tanto seguimos en ese mal hábito que genuinamente pensamos que lo incorrecto es correcto. 

Un ejemplo de esto es pensar que las cosas que hacemos no importan y no tienen consecuencia. No importa si me como la luz roja, no importa si me cuelo en una fila, no importa si me robo algo en una tienda, no importa si le grito a un niño, no importa si construyo en terreno de mi vecino sin su permiso, no importa si pongo la música exageradamente alta a avanzadas horas de la noche o tempranas horas en la mañana, no importa si critico y me burlo de los demás, no importa si no sigo las reglas “porque eso todo el mundo lo hace”.

Mientras sigamos actuando y pensando de esta manera, va a ser un verdadero reto que algo cambie. Tenemos que comenzar por hacer un examen de consciencia y una introspección seria y profunda de cómo estamos viviendo y cuáles son los valores que rigen nuestra vida.

Alguno de los valores por los cuales es necesario vivir son: amor-compasivo, respeto a los demás y a uno mismo, honestidad, responsabilidad, compromiso, integridad, lealtad, dignidad. Haz una lista de tus valores y pégala en todos los sitios visibles: en tu cuarto, en el baño, en el carro. De esta manera cuando te veas tentado a claudicar, ahí estará tu lista para recordarte que has escogido vivir con un propósito y ese propósito es lograr un mundo mejor porque un mundo mejor comienza con un mejor YO.

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6 de septiembre de 2017

Coaching y solución de conflictos

Hace unos meses estaba impartiendo unas clases de técnicas de comunicación en un curso de formación ocupacional se oían algunas quejas sobre el método de enseñanza del profesor del área de informática. El peso de estas quejas cada día cobraba más fuerza. Al ver que el conflicto estaba a punto de estallar, hizo que en ese momento empezara a tomar parte en el asunto.


Llegué una mañana y el ambiente estaba muy alborotado. Le pregunté al grupo qué estaba pasando y así me hicieron llegar su queja: "¡No nos entendemos con el profesor de informática! ¡Estamos pensando en quejarnos al director de la escuela!", dijeron.

En mi programa de clase, justo en ese momento estaba tratando el modelo de conversación de Coaching como un estilo de comunicación muy efectivo, así que surgió la situación ideal para poner en práctica la teoría. De esta forma, les propuse resolver el conflicto por medio de este método.

El asunto ya lo teníamos y el objetivo estaba claro: resolver esta situación para que no se alargara durante más tiempo y las clases de informática fueran más efectivas, aparte de aliviar el malestar que todo este tema estaba ocasionando.

¿Cuál era la realidad? ¿Qué estaba sucediendo en ese momento?

Pedro, el profesor de informática, era un chico joven, de unos treinta años. Estaba estudiando arquitectura y se pagaba la carrera con las clases que impartía. Era la primera vez que daba clases y se sentía cohibido delante de aquel grupo. Su forma de dar la clase era demasiado rápida para aquellas personas que por primera vez tocaban un ordenador e incluso para aquellas que intentaban ponerse al día. Daba muchas veces los temas por sabidos y entendidos, y aunque concedía la oportunidad de preguntar de nuevo, siempre respondía de forma algo cortante, por lo que finalmente nadie se atrevía a preguntar.

Este hecho durante largo tiempo había provocado que el grupo se sintiera cada vez más indignado, ya que se sentían como si los trataran como inútiles y con poco respeto.

Estuvimos trabajando diferentes opciones, desde lo que ellos necesitaban, como apuntes por escrito o un manual, ir más despacio, repetir los ejercicios varias veces y que fueran más simples, entre otras. A pesar de ello, seguían furiosos y querían hablar directamente con el director y quejarse del trato de este profesor.

Ahí, entonces, vino la pregunta clave. ¿Cómo se sentirían ellos si estuvieran en su lugar y la clase fuera a quejarse al director de la escuela directamente? Entonces hubo un silencio, así que proseguí: "yo vengo aquí a darles clases y si no les gustara mi estilo o mi forma de impartirlas, me gustaría que me lo dijeran a mí, pues así me daría al menos la oportunidad inicialmente de modificarlas y también de mantener mi profesionalidad a salvo..."

Finalmente, de forma unánime, decidieron hablar con él en un primer intento de reconciliación.

Ahora faltaba definir los siguientes puntos: qué, cómo, quién, cuándo y dónde. 

Decidieron que para hablar con el profesor, tomara la vocería una de las personas que tenía más facilidad de palabra y de exposición; este delegado le transmitiría al maestro cómo se sentía el grupo en relación con la clase y lo que consideraban que necesitaban (hicimos un pequeño ensayo). La conversación se llevaría a cabo en dos días, cuando tendría lugar la próxima clase de informática. La charla se daría en el aula y al inicio de la lección.

Dos días más tarde, al llegar a mi clase, sin darme tiempo a preguntar nada alguien dijo:"¡Profesora, ha funcionado!"

Todos estaban encantados, habían seguido el plan tal y como lo habían planteado. Pedro, el profesor de informática, les había escuchado atentamente, les dio las gracias por hacerle llegar los comentarios y, sobre todo, por no haber ido por detrás, por la espalda, y haberlo hablado con él directamente.

El cambio de actitud de ambas partes fue tan notable que, a partir de entonces, el profesor adaptó las clases a las necesidades del grupo, empezó a ir a tomar café con ellos a la hora del descanso, empezó también a asistir a las comidas y cenas que éstos organizaban durante el curso e incluso a las reuniones sociales cuando éste finalizó. Las mujeres del grupo se sentían tan felices que hasta lo nombraron "su hijo adoptivo"; ¡vaya, cuántas madres de repente le habían salido al chico!

Lo cierto es que a veces me sigo sorprendiendo de todas aquellas situaciones en las que el Coaching puede llegar a ser efectivo, desde los grandes cambios hasta las pequeñas cosas del día a día que hacen que nuestra vida sea mucho más sencilla y agradable. En este caso, un pequeño conflicto de comunicación podría haberse convertido en una sanción al profesor de informática. ¡El coaching llegó a tiempo!


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4 de septiembre de 2017

Un paso más

“La gente siempre está culpando a sus circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. Las personas que se adueñan de este mundo son quienes se levantan y visionan las circunstancias que desean y, si no logran encontrarlas, las construyen” George Bernard Shaw

Cuando aceptas que en la vida la responsabilidad de avanzar cada metro, cada centímetro depende de ti, algo cambia, te sientes dueño y señor de tu destino.

Conozco mucha gente que ante la idea de vivir una vida extraordinaria se asusta, y rechazan la idea simplemente por el esfuerzo que supone el alcanzar esa meta.

Pero realmente, ¿Cuánto esfuerzo supone el hacerlo?

Tan sólo el necesario para dar un paso más cada vez, para avanzar ese metro, ese centímetro que tienes delante tuya, ya lo decía Al Pacino en la película de 'Un domingo cualquiera': "La vida es cuestión de pulgadas, y si sumamos esas pulgadas, eso es lo que acaba por marcar la puta diferencia."

Metro a metro se corren maratones, se elevan los más grandes monumentos y se realizan los más grandes viajes…no hace falta preocuparse de cómo avanzar diez metros, sino de cómo avanzar tan solo un metro más, de cómo dar el siguiente paso… si no eres capaz de dar un paso más, de nada te sirve plantearte la distancia que te separa de tu meta. Una vez que consigas darlo, ya te verás que hay que hacer para dar el siguiente.

Todo el mundo quiere ser feliz en la vida, todos queremos vivir una vida perfecta, pero a nadie le gusta trabajar duro o esforzarse al máximo para conseguirlo… si te pasa esto, no te preocupes, es una aspiración perfectamente respetable y normal, a nadie le gusta luchar por la vida.

La vida es dura. Tu negocio no funciona como esperabas, tu relación de pareja no es todo lo perfecta que habías imaginado, te despiden de tu trabajo… esto no significa necesariamente que no merezcas que funcione, que no estuvieses enamorado de tu pareja o que fueses un mal empleado, simplemente son hechos que ocurren, punto.

La vida no es justa, al revés que en las películas, a veces ganan “los malos” y “los héroes” pierden, no siempre los amores son correspondidos, o llegas a ser guapo, rico y famoso por mucho que te esfuerces.

La vida por lo general no es fácil, asúmelo.

Sin embargo ahí reside una de las grandezas de la vida. Una vez aceptas que la vida no es fácil, deja de ser difícil, dura e injusta, te das cuenta que la vida es como es, que son “las reglas del juego” y que hay que jugar de acuerdo con ellas.

A pesar de todo, la vida es maravillosa… y ello es debido a que siempre en algún momento, en algún lugar todos tenemos nuestra oportunidad.

Cada día cada mañana se te ofrece la oportunidad de elegir… puedes “seguir como siempre” o puedes esforzarte en “hacerlo mejor”, eso ya no depende de los demás o de que la vida sea dura o difícil, es una decisión personal que empieza y termina en cada uno de nosotros.

Cuando caes, cuando tropiezas, se te ofrece la oportunidad de elegir… hay gente que decide quedarse en el suelo hurgando sus heridas, impidiendo que estas cicatricen, mientras que otros deciden luchar… saben que el dolor pasa, que las heridas se curan, que el suelo no es su sitio, que no han nacido para estar ahí y deciden escoger la opción de levantarse.

Saben perfectamente donde quieren llegar y están dispuestos a hacer todo lo que esté en su mano para alcanzar su destino. Ese tipo de personas son las que marcan la diferencia.

A veces las opciones que se plantean no son las que llevan por el camino fácil, las cómodas o las que más nos gustaría tomar, de hecho tampoco pretendo decir eso… tan sólo estoy diciendo que siempre existe una opción y que cueste lo que cueste, podemos elegir tomarla.

Cuando asumes que eres responsable de tu vida y que siempre hay una opción, te darás cuenta de que la vida es dura ya no es una justificación. La vida seguirá siendo difícil, pero cuando, caigas, cuando pienses en tirar la toalla, recuerda que en tu vida, tú tienes la última palabra… “puedo hacerlo”, “voy a levantarme”, voy a esforzarme por dar tan solo un paso más.

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